El amor es una droga para el cerebro
Sustancias como la dopamina o la oxitocina aparecen en el cerebro produciendo sensaciones parecidas a las que sentimos al mantener sexo, comer chocolate o tomar drogas.Imaginar que una sustancia pudiera hacer el mismo efecto que una droga sería asombroso y potencialmente peligroso en función del uso que se le quisiera dar. Quizás ciertas películas de ciencia ficción ya lo han planteado utilizando efectos especiales pero esto no está tan lejos de la realidad.Ciertamente, el cerebro es muy poderoso y está lleno de conexiones y neuronas -algunas de las cuales ni siquiera se sabe aún cómo funcionan- por lo que no es de extrañar que el comienzo del enamoramiento tenga el mismo efecto en el organismo humano que una dosis de cocaína.Y esto es así por la, cada más conocida, hormona denominada oxitocina, a la que siempre se la ha relacionado con las contracciones del útero en el parto y la segregación de la leche de las mamas para el recién nacido, pero que también interviene en otros procesos orgánicos.
Hormona de la felicidad
Algunos la denominan la hormona de la felicidad y es así porque su producción natural siempre es sinónimo de bienestar y satisfacción. Y esos mismos síntomas son los que ocurren cuando una persona está enamorada.Una serie de sustancias químicas son las encargadas de poner en marcha el proceso de atracción sexual. Sus efectos secundarios se notan al instante, cuando se tiene cerca a la persona que te gusta.Algunos de los más inconfundibles son un cosquilleo en el estómago, el corazón palpita con fuerza y cuesta trabajo articular las palabras, a veces incluso se suda más de la cuenta y se pierde el apetito. Con estos síntomas físicos, las hormonas avisan que esa persona que los está experimentando se ha enamorado.
Además, se ha demostrado incluso que la capacidad que pueda tener un ser humano para mantener una relación depende –en gran medida- de su nivel de oxitocina.Es decir, los que poseen mayor concentración de esta hormona en su cerebro durarán más tiempo con su pareja que aquellas que tengan una cantidad inferior.Por este motivo, tampoco es cierto que con el paso del tiempo se pase de un amor pasional a uno más fraternal o más tranquilo, ya que algunas personas presentan reacciones cerebrales muy similares a los de los cerebros de recién enamorados.Por eso, es aconsejable que las parejas realicen juntos cosas agradables, concretamente las que estimulan la producción de la dopamina.Además, los mismos médicos ya advierten que sentirse felices en el matrimonio es garantía de una vida más larga, con mayor calidad y salud, por lo que el amor también es un buen preventivo de enfermedades.Por otra parte, a nivel social, la misma oxitocina contribuye a potenciar la generosidad de las personas y promociona la empatía como modo de actuación hacia los demás.
Dopamina en el cuerpo
Este es el aspecto positivo de la dopamina que nos aporta al cerebro pero al mismo también podemos culparle de otras cosas no tan agradables. Los desarreglos en los niveles de dopamina aparecen en los enfermos de Parkinson, en esquizofrénicos, personas con síndrome de déficit de atención o enfermos mentales. Incluso hay que tener en cuenta que cuanto más bajos están los niveles de dopamina, de forma más escéptica suele comportarse la persona. Y cuando suben (ya sea de forma natural o artificial, por ejemplo, con inyecciones de L-dopa) el nivel de escepticismo baja y puede tener consecuencias curiosas, llegando a ser alarmantes o peligrosas. Hay personas que han llegado a encontrar teorías conspiratorias tras cualquier texto o palabras o a sentirse perseguido por todo el mundo, creyendo que encierran contra él planes oscuros.
Nos enamoramos con el cerebro, no con el corazón
La dopamina es un mensajero químico que es responsable de la adicción que tenemos hacia una persona cuando estamos enamorados.¿Por qué nos enamoramos de una persona y no de otra? ¿Por qué elegimos a una persona entre los centenares de personas con las que nos cruzamos diariamente? Es difícil responder a estas preguntas, pero sin duda el azar, la probabilidad matemática y la química tienen un papel destacado.
Los enamorados tienen mucha dopamina
La primera fase del enamoramiento se caracteriza por la existencia de atracción física y deseo sexual, en esta etapa juega un papel destacado la testosterona, la hormona sexual masculina por excelencia. A continuación en nuestro organismo se libera una elevada cantidad de feniletilamina, esta sustancia química es responsable de que nos pongamos nerviosos o nos sonrojemos ante la simple presencia de la persona amada.La feniletilamina, a su vez, actúa a nivel cerebral y provoca la liberación de dopamina, la protagonista del segundo acto. Podríamos decir que de la dopamina depende de que una relación amorosa se consolide o fracase. La dopamina es un mensajero químico que, entre otras funciones, crea mecanismos de refuerzo en el cerebro, siendo responsable de que repitamos determinados comportamientos porque nos proporcionan placer.
¿En dónde reside el amor?
No deja de ser curioso que las áreas cerebrales asociadas a la atracción física no sólo no se encuentren anatómicamente próximas, sino que se ubican en el otro hemisferio cerebral, en el izquierdo. Así pues, y simplificando mucho el proceso, podríamos afirmar que deseamos sexualmente a una persona con el hemisferio izquierdo y que nos enamoramos con el hemisferio cerebral derecho.Si la relación amorosa se consolida y realizamos una nueva resonancia magnética cerebral el hallazgo es sorprendente: las áreas cerebrales ricas en dopamina ya no están tan activadas como en las primeras fases del enamoramiento, en este momento la mayor actividad química ha pasado a ubicarse a nivel de los ganglios basales, un área cerebral especialmente rica en receptores para vasopresina.En conclusión, los circuitos cerebrales del amor romántico se encuentran ubicados dentro del sistema de motivación y en el hemisferio cerebral derecho, siendo diferentes a los sistemas cerebrales relacionados con el deseo sexual.
By: Yacke':)
Hay una cosa que se llama, Plasticidad Cerebral, y esta cosa, hace que el cerebro cambie segun sus necesidades de la persona. La sinapcis es la comunicacion neuronal, y esta esta basada en las creeencias. No es lo que pasa, es lo que crees que pasa.
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